domingo, 11 de diciembre de 2011

Capitulo 25: Shadow

La televisión no ha dejado de transmitir la noticia más macabra del momento, todos los canales informan lo mismo: “Una chica de 16 años de edad, ha sido encontrada en Madrid, muerta, amarrada por las muñecas colgando de su centro de educación al que asistía diariamente. Junto al cuerpo inerte de la joven, las palabras No Temas destacaban con cierta advertencia. No conocemos aún los datos de quién pudo ser el presunto asesino. La policía no ha encontrado ninguna prueba o evidencia que pueda ser utilizada en la resolución del caso…”
Sólo nosotros sabemos que el culpable es Hiedra Roja. Scarlett ha sido acusada de traición, por contactar conmigo y este es su castigo correspondiente. Cierro el puño con fuerza, incluso llego a hacerme daño, pero no me importa…Esto no se los voy a perdonar. Ya me han quitado a mi familia y ahora pretenden acabar con mis amigos.
Unos golpes secos en la puerta del salón, irrumpen mis pensamientos.
-Karen…llevas ahí encerrada dos días-la voz de Jack vuelve a molestarme por tercera vez hoy- Por favor, déjanos entrar.
No obtiene respuesta por mi parte; siempre es así. Todos han intentando persuadirme de que continúe con mi vida normal… ¿Cómo si no hubiera ocurrido nada? Aunque lo escondan, saben perfectamente que la muerte de Scarlett ha sido por mi culpa, por insistir en obtener información…
Noto un leve cosquilleo sobre mi regazo, bajo la vista y me encuentro a Cheshire maullando. Lo acaricio con ganas. Hacía mucho tiempo que Cheshire no se colocaba así… Han ocurrido tantas cosas desde que llegué.
-¡Karen, no tolero que te estés saltando mis entrenamientos personales!-ahora es Claus es el que insiste.
-“Han pasado dos días exactos del accidente ocurrido en Madrid, y hoy hemos podido contactar con la madre de la chica, que afligida por su muerte, no se ha dejado ver hasta ahora”-mis ojos se desplazan lentamente hasta quedar fijos en la pantalla del televisor.-“Conectamos con Calyan”
[…]
-Sentimos su pérdida.-dice la reportera- Díganos, ¿había alguien qué quisiera hacerle eso a su hija?”
-No.- la madre de Scarlett presenta una apariencia horrible, tiene ojeras y sus ojos están muy hinchados.
-¿Sabe con quién estuvo su hija la noche anterior a su muerte? Esto podría ser un dato muy relevante a la hora de descubrir al culpable.
-Descubrir al causante no me devolverá a mi hija.- La cámara enfoca su rostro, su mirada se ha apagado por completo.
-¿No sabe, entonces, con quién estuvo?-me paro un momento a pensar. Yo fui la última a la que vio Scarlett antes de…
   “Nos vemos mañana”
   “Seguro que no”
Esas dos frases surgen de mi mente de nuevo. Un dolor punzante recorre toda mi cabeza, haciéndome estremecer. Ella me ayudó a pesar de intuir lo que eso supondría.
-Sí. Con una amiga.- termina de decir la madre.-Pero, luego volvió a casa y se ausentó por la noche.
-Entiendo. ¿Podría decirnos el nombre de dicha amiga?
No. No. Que no me nombre. Lo que podría pasar sería horrible. Buscarían en casa y yo ya no vivo allí. Me acusarían de sospechosa y… si por un casual me encontraran… Hiedra Roja… estaría más cerca que nunca.
-Mi hija no me lo dijo.
-Gracias por prestarnos tú tiempo. Te devuelvo la conexión.
Apago la tele con un suspiro de alivio. Me incorporo del suelo y, después de todo este tiempo, abro la puerta. Todos se giran de forma interrogante.
-Vamos a casa de Scarlett.-espeto de forma directa.
-Imposible. Hay medios de comunicación por todos lados, e Hiedra Roja estará…
-No me importa, Claus.
-Pero a mí si. No voy a dejar que os cojan antes de empezar.
-¿Qué somos? ¿Unas simples piezas de tu puzle?-mi tono sube más de lo deseado- ¿Si uno falla, no puedes completar tu plan?, ¿sabes lo que me importa? Nada. Scarlett ha muerto e intuyo que la madre sabe algo que nos podría ayudar a…
-¿A qué? Scarlett ya está muerta, Karen. No hay nada más que debamos conocer.-se gira, dándome la espalda. Los demás están callados evitando meterse en esta discusión.- Lo que tenemos que hacer es planear cómo vamos a actuar, conocer a quién nos está esperando en el orfanato y… controlar tu habilidad.
-¿Quieres que controle mi habilidad?-Lo racional empieza a hundirse en el mar de los impulsos y la tristeza, dentro de mi mente. Ya no controlo ni mis palabras ni mis acciones, y dejo que las lágrimas salgan, después de estar tanto tiempo encerradas.- Serás tú el primero en probarla.-Alzo la mano inconscientemente, pero mi disparo hacia el corazón de Claus se ve interrumpido por una sacudida que me tumba en el suelo. Me agito para deshacerme de Matt, grito y uso toda mi ira; pero es inútil. Finalmente me canso y lloro, lloro sin cesar.
-Ya está. Tranquila.-susurra.
-¿Por qué?-sollozo-¿por qué ha tenido que pasar todo esto?-giro el rostro para mirar a Claus-Perdóname. No sé que me ha pasado. Todo lo que he dicho no tiene sentido…yo también quiero acabar con Hiedra Roja y no toleraré que me atrapen antes, pero…
-No te preocupes-me ayuda a levantarme- Lo sé. Perdóname tú también.
-Iremos al Orfanato-propongo- Cuando todo se calme un poco, visitaremos a la madre de Scarlett.
-Ya echaba de menos a esta Karen, la que piensa antes de arriesgarse.-bromea Claus. Su hermano le da un codazo para callarlo de una vez.
-¿Y en el orfanato no hay peligro?-inquiere Marina.- Puede que… ya estén informados de lo que nos dijo Scarlett.
Se genera un silencio ensombrecido.
-Tendremos que arriesgarnos.

Comenzamos a buscar información sobre ese Orfanato y obtenemos su ubicación. En pocos minutos emprendemos el viaje hasta llegar al lugar. No está lejos, pero salir nos supone una forma de ponernos en peligro. Cuidadosamente,  avanzamos por las transitadas calles de Madrid, recorriendo los lugares más desconocidos…hasta que al fin, llegamos a las grandes rejas que nos impide el paso.
-¿Cómo entramos?-pregunta Jack, adivinando nuestros pensamientos.
-Claus, Scott. ¿Podéis transportarnos hasta el jardín?-Miro a los gemelos, y ellos asienten con una sonrisa que parecen haber ensayado para que les quede al mismo tiempo.
Los dos se preparan para darse la mano y crear un tornado. Con la mano que les queda libre, nos la tienden a nosotros y así, formamos un círculo. En un instante, nos transportan hasta el sitio indicado.
-Bien, ¿a quién tenemos que buscar? Porque no tenemos ningún dato sobre dicha persona.
-No lo sé, Marina. Pero lo encontraremos.- Son unas palabras muy poco convincentes por mi parte, porque ni yo sé por dónde empezar.
-¿Sois nuevos?-una niña pequeña, de cabellos blancos y ojos de un azul muy claro, agachada a pocos metros de nosotros, es la primera en notar nuestra presencia.
-Eh…bueno. Estamos buscando a alguien.
-Eream, ¿eres tú?-Scott se acerca cuidadosamente hacia la niña, que permanece inmóvil.- ¿Eres tú verdad? Soy yo, Scott.
-¿Scott?-la niña se levanta de un salto y lo abraza con fuerza.
-Así qué escapaste de Hiedra Roja…
Eream asiente con alegría.
-¿Tú también la conoces, Claus?-pregunto.
-Sí. Pero a Scott le tiene más cariño. Perteneció, al igual que nosotros, a Hiedra Roja. Sinceramente, pensábamos que estaba muerta.-sonríe-menos mal que está bien.
-¿Podrías ayudarnos, Eream?-Scott se separa de ella, y le dedica una de sus inusuales sonrisas.
-¡Claro!
Scott informa a Eream de lo poco que sabemos sobre la persona que estamos buscando. Pero, al nombrar a Scarlett a la niña se le ilumina el rostro.
-Scarlett siempre visitaba a una chica. Creo que esa puede ser la persona que os proporcionará la ubicación de “los malos”.
Eream nos conduce hasta una sala llena de libros, una biblioteca en la que al parecer no hay nadie.
-¿Estás aquí?-el eco de la voz de Eream resuena en toda la estancia.-Hay alguien que quiere verte.
-Que pasen.-se escucha el sonido de unos pasos, aproximándose hasta nosotros. No sé que me esperaba, pero es algo totalmente diferente a lo que tengo delante. Otra niña que, apenas, supera la edad de trece años, con los cabellos muy negros y trenzados. Sus ojos son de un azul intenso, que le proporciona un aspecto de astucia.- ¿Quiénes sois?-dice de mala gana.
-Queremos…-intento decir.
-No.-interrumpe.
-Pero…
-No.
-Shadow, eran amigos de Scarlett.-La vocecita dulce de Eream intenta convencerla.
-Ahhh, ya sé.- Me mira fijamente- Aquí está la causante de su muerte.-el dolor punzante vuelve a mi cabeza, me agazapo y poso las manos sobre mi cabeza. Jack, se inclina hasta quedar a mi lado, los demás también se acercan.
-¿Qué te pasa?
El dolor cesa.
-Nada.-respondo con un hilo de voz, parecido a un susurro.
-¿Y ustedes sois el grupo “fantástico” que va a acabar con Hiedra Roja?-lanza una carcajada aguda.-Débiles.
Matt no ha dejado de mirarla, desde que entramos.
-Sabes lo que queremos. Dinos dónde están.
-No.- se dispone a marcharse.-No hablo con cobardes.
De repente, se desploma sobre el suelo y grita con fuerza:
-¡Para!, joder ¡¡¡Para!!!-se retuerce sobre sí misma. Y es entonces cuando me percato de que Matt tiene el rostro pálido, con el ceño fruncido.
Sacudo sus hombros y él parece recobrar la consciencia. Es como si le faltase el aire porque pone mucho empeño en respirar.
-¿Por qué le has hecho eso?-Jack se pone a la defensiva- Es nuestra única opción para…
-No lo sé.-explica, aún con el rostro quebrado.-Es cómo si mi habilidad se hubiera activado sola…y no he podido controlarla…incluso…me ha hecho daño.
-Scarlett era mi única familia-nos giramos al oír a Shadow- Y ustedes me la habéis arrebatado…-y ahora sí, es cuando Shadow muestra su verdadera identidad.
-Lo siento, Shadow…-me disculpo.-Lo siento.
Se seca las lágrimas con la manga de la camisa, y fija sus pupilas en Matt, que abatido y confuso se ha acomodado en un sillón.
-Ten cuidado con esa habilidad tuya, chico. Es poderosa y peligrosa; pero no sólo para tu victima…sino también para ti.
-¿Qué quieres decir?-inquiero, con temor a lo que pueda decir a continuación.
-Al potenciar los miedos de los demás, también potencia los suyos…y eso puede acabar matándolo.
Matt no levanta la cabeza. Respira entrecortadamente y cierra la mano en un puño.
-Lo sé.