sábado, 24 de septiembre de 2011

Capitulo 23: El veneno de la duda.

-¿Qué?-logro gesticular a pesar de la fuerza que me oprime la garganta.
-Me voy.-repite, aunque no consigo creérmelo del todo.
Las manos me empiezan a temblar con brusquedad.
-¿Por qué, Jack?-una nube borrosa toma forma en mi visión, dejándome una vista muy reducida de Jack; junto al balcón y con los últimos rayos del atardecer que nos ofrece el sol
-Karen…los dos sabemos que no sirvo de nada aquí.-aparta la mirada- No puedo ayudaros, y eso me convierte en un estorbo para todos. Sois una especie de “liga de la justicia”, estáis dispuestos a luchar contra Hiedra Roja y yo no me veo capaz de hacer lo mismo.-se detiene,  al cabo de unos minutos continúa-Y no me puedo permitir el lujo de dejar a mi hermana sola…si me pasara algo, Annie no podría soportarlo.-sus manos se cierran en un puño y advierto que un hilo de sangre surge de la palma por la fuerza que ha empleado.-Y lo único que he conseguido en este tiempo ha sido ponerte en peligro, te llevé directamente a las manos de Scarlett y vi esa escena tan perturbadora que aún permanece encerrada en mis peores pesadillas.
-Pero…-intento decir.
-Deja que termine.-espeta sin volverse para mirarme.- En ese momento me sentí impotente…estaba presenciando, lo que parecía, tu muerte… y por más que me debatiera entre las manos de los rojizos que me sujetaban, no lograba escapar para interponerme entre Scarlett; pero no hice nada y por mi culpa utilizó su habilidad de Inversión contra ti. Podrías haber muerto ante mis ojos.
-No lo hice.
-Pero hubo una posibilidad…
-Jack, esto no tiene sentido, tú me salvaste.-me aproximo hasta él y muevo su barbilla con los dedos para que me mire directamente.-Me salvaste.
-Sí. Pero fue porque sé cómo es Scarlett, comprendí como se sentía de verdad al hacerte eso. No tendré tanta suerte con los demás.- se deshace de los dedos que aún sujetaban su rostro.-Si al menos tuviera una habilidad como vosotros, podría hacer algo…
-Puedes hacer lo que prometiste que harías.-susurro afligida.
-¿El qué?-su tono es hueco, pero debajo de ese intento de dureza sé que quiere saber la respuesta.
-Protegerme.
Sonríe y deja caer sus parpados dejando ocultos sus ojos azules. Mi cuerpo experimenta una invasión de calma, parece que todo se ha solucionado….hasta que pronuncia las siguientes palabras no me doy cuenta de la gravedad del asunto:
-Para eso ya está Matt.-vuelve a mostrarme su brillante iris y los fija en mí.
-¿Qué quieres decir?
-Esto no va a ningún lado, Karen. ¿Crees que no me he dado cuenta de cómo últimamente sólo le prestas atención a él?, ¿crees que no advierto que me rehúyes cuando Matt está cerca?, ¿piensas que no escuché lo que le dijiste antes de caer con los ojos congelados?-suspira dejando una parte de rabia fuera- Se acabó.
-Jack.-las lágrimas han comenzado a formarse alrededor de mis ojos.-No…por favor.
El cielo se ha teñido de azul oscuro surcado por puntos de luz. No reconozco al chico que tengo delante: rostro serio sin su habitual sonrisa, blanco como la cal…
-Dime Karen… ¿Me has dicho te quiero alguna vez?-bajo el rostro, él prosigue.-Nunca me lo has dicho, y en cambio yo tuve que decirlo no con esas palabras…me pediste que lo expresara de otra forma y lo hice. Cuando te besé hace unos días, no respondiste; fue como si besara a  una extraña.-le tiembla la voz y eso hace que me estremezca- Intento hacerte feliz, pero cada vez me lo pones más difícil y…me estoy dando cuenta de que tú no sientes lo mismo.
-Jack…para…por favor-sollozo. Sé que todo lo que ha dicho es cierto, pero no puedo oírlo de sus labios.
-Me hubiera conformado con algunas palabras, con algunos besos, con algo que me demostrara que sigues enamorada de mí…
-Jack.-doy un paso hacia él. El leve viento sacude mis cabellos.
-Por eso he decido que hay que terminar con esta mentira. Reconstruiré mi vida sin ti y…si vuelves con vida de vuestra lucha contra el mal-traga saliva con nerviosismo-no intentes volver a recuperar lo que has perdido.
Y con estas palabras Jack se despide para siempre. Oigo el sonido brusco de la puerta principal, al cerrarse.
Me apoyo en la pared y me deslizo hasta quedar agazapada. Coloco mi cabeza sobre las rodillas y lloro todas las palabras que no he dicho ahora ni nunca.
Me percato de la presencia de otra persona a mi lado; deseo que sea Jack pero con certeza sé que no es él.
-¿Qué ha pasado? He visto a Jack salir…-Claus se inclina hasta quedar a mi misma altura.- ¿Una pequeña pelea?
-Se ha ido para siempre.-respondo entre sollozos.
-No puede ser, Jack no haría eso.-me toca el brazo para intentar tranquilizarme, instantáneamente me deshago de su mano con violencia.
-¡¡Se ha ido para siempre!!-repito a gritos. Las incesables lágrimas formas hileras en mi rostro hasta desembocar por mi cuello.
-¿Lo quieres?-su tono es suave cuando pronuncia las palabras más relevantes de la conversación anterior con Jack.
Asiento.
-Entonces, ¿por qué no lo has detenido?, ¿por qué no estás corriendo tras él?, ¿por qué estás llorando?, ¿ya te has rendido?, ¿no vas a intentar recuperarlo?-dice.
Me incorporo de un salto y me seco los restos de mis sollozos con la manga de la camisa. Salgo de la casa de los gemelos y empiezo a correr con todos mis sentimientos asaltándome: Claus tiene razón, ¿por qué no lo he detenido? Debería haberle dicho algo, pero no hice nada… en vez de eso me quedé desolada en un rincón. Pero ahora no voy a cometer el mismo error. Voy a recuperarlo antes de que sea tarde.
Reconozco a pocos pasos el cabello rubio de Jack y no dudo en alcanzarlo. Hay un pequeño lago a la izquierda y en el se ve reflejada la luna.
-Jack.-lo llamo a pesar de que estoy justo detrás.
Él sigue su camino sin prestarme la más mínima atención.
-Jack, por favor.
-¿Puedes dejar de decir eso?-dice en un tono muy brusco.
-Escúchame.-se detiene a pocos metros de mí.-Tienes razón. No he mostrado mis sentimientos, de hecho, evitaba tener que hacerlo.-respiro hondo.-Pero… ¿sabes por qué es? Porque tenía miedo.-Jack se vuelve un poco extrañado y por primera vez me dirige una mirada sincera.-Todas las personas a las que les he dicho esas palabras están muertas; sí, mi familia…y no quería que te pasase lo mismo.
-Karen…
-Pero ahora sé que no tiene ningún sentido…-susurro-si no te lo digo y mueres de todas formas nunca  escucharías lo que siento, y eso es peor que morir conociendo mis sentimientos. Así que te quiero-titubeo.
-Has temblado, ¿nunca lo habías dicho con este significado?
-Nunca lo había sentido.-me acerco a él con el pulso palpitándome en los oídos, cuando estoy lo bastante cerca cierro los ojos y coloco mis labios en los suyos. Creo que si visualizara la escena desde otra parte, me daría cuenta de lo hermosa que es; con el reflejo de la luna y el lago a nuestro lado…pero no estoy mirando, estoy sintiéndolo y eso si que es hermoso.
Me separo de él con delicadeza y sonrío aún con el rostro sonrojado.
-Gracias por detenerme. Pensé que ya te había perdido.-resalta con simpleza.
-Siempre te detendré si tú cumples tu promesa de protegerme.
-Por supuesto.
-Entonces, ¿vas a acompañarnos en esa “lucha contra el mal”?
Me dedica de nuevo esa sonrisa suya y asiente.
-Buenas noches. Y… Jack…
-¿Qué?
-Con Matt no pasa nada.-respondo.-Solo me preocupaba por él.
-Lo sé. No te preocupes por eso.
Nos despedimos con un último beso, ya que insisto en que no me acompañe a casa de los gemelos porque quiero que vuelva con su familia. El acepta a cambio de un beso.
Mientras regreso, coloco mi mirada en las estrellas que surcan el cielo pero una voz me sobresalta y me saca de mis ilusiones.
-Karen.
-Ah, Matt eres .-se acerca a con las manos hundidas en sus bolsillos delanteros.-¿ también vas de camino a casa de Claus y Scott? Podríamos ir juntos.
-Antes de eso-me detiene- Quería preguntarte algo…
-Adelante.
-Necesito una respuesta ¿qué has decidido?-me quedo quieta- Sabes de lo que hablo…sobre tus sentimientos hacia a mi, ¿son los mismos o me rechazas?
-Y ¿por qué necesitas una respuesta?-manifiesto enfadada
-Hay otra chica que…está interesada en mí. La conoces, su nombre es Caroline. Y quiero que me digas si me quieres o no, para saber si tengo alguna opción contigo.
Una sensación extraña recorre mi cuerpo, al instante me percato de que el veneno de la duda me está consumiendo a cada segundo que pasa.
-No.-respondo.
Matt suspira afligido.
-No quiero que te vayas con Caroline.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Capítulo 22: Mundo derrumbado

<< ¿Qué haces aquí?>>susurra una voz que surge de la oscuridad.
Levanto la cabeza, estoy sobre un mar sólido que se extiende hasta el infinito, mi cuerpo produce una onda en el agua cristalina.
-Estoy muerta.-respondo.
<< ¿Qué haces aquí?>>repite con insistencia. No sabría decir si es una mujer o un hombre el que habla.
Pienso un poco antes de contestar de nuevo.
-¿No debería estarlo?
<<Este lugar es para los héroes y tú no lo eres>>-el silencio se pronuncia en el lugar. <<No has hecho nada por nadie, por lo tanto no debes estar aquí>>
-Entonces… ¿a dónde voy?-pregunto.
<<Al lugar dónde se quedan las personas que se rinden>>
-Yo no me he rendido.-espeto.
<< ¿Estás segura? dime pues, ¿hay alguna forma de salir de aquí?>>
Inspecciono el lugar, no hay mucho la verdad; el mar en el que permanezco agazapada, la inmensa capa negra que me rodea y la voz que me habla.
-No, no hay ninguna salida.-admito.
<<Lo que yo decía, te has rendido>>
-¡No!-grito llena de ira.
<<Si de verdad fueras una persona que desea salir de aquí, buscarías cualquier forma de escapar, por muy imposible que parezca>>
-Pero…-mi voz se apaga.
<<Es hora de demostrar que vas a luchar por salir de aquí y volver con aquellos que te necesitan, ¿o los vas a dejar solos sin ni siquiera intentarlo?>>
-Voy a salir de aquí….-La voz se desvanece y no vuelve a decir nada más, dejándome sola con mis pensamientos. Sólo yo puedo encontrar el camino de vuelta. Me miro los pies descalzos y me percato de que la onda que antes rodeaba mi silueta en el agua, ha desaparecido.-El mar…
Me incorporo lentamente, puedo distinguir mi reflejo entre el vaivén de las olas. De repente una idea surca mi mente. Miro mi mano cerrada en un puño y estoy dispuesta a golpear ese “cristal” que me impide caer directamente al agua. Para mi sorpresa, el impacto ha provocado una grieta visible, continúo propinando con los puños y en pocos minutos el cristal se resquebraja, haciendo que los pequeños trozos rotos y yo caigamos al agua.

Abro los ojos. Respiro entrecortadamente porque no puedo creer que vuelva a entrar aire en mis pulmones. Tanteo en la oscuridad para alcanzar algo sólido, pero no encuentro nada. ¿Y si no he salido del sueño? El miedo se apodera de mis pensamientos, estoy a punto de pedir ayuda cuando una voz me sobresalta:
-Has cumplido tú promesa.-los ojos se me llenan de lágrimas.
-¿Matt?
-Pensé que…ya nos habías dejado.-el temblor en su voz es palpable.-No habría podido, Karen. No podría soportar…
-Estoy aquí.- respondo con simpleza, porque sé que no necesita más palabras. Quiere estar seguro de que no es un sueño.
-Karen…-una suave luz naranja entra por la ventana, dejando ver su rostro pálido, sus ojos verdes húmedos, acompañados de unas sombras negras.-No vuelvas a hacerme esto, por favor.
-Nunca. Te lo prometo.
Nos quedamos inmóviles, escuchando el silencio.
-Lo que me dijiste…antes de…cerrar los ojos…-me quedo mirándolo fijamente.-No pienses jamás que deberías haber muerto a manos de Hiedra Roja, tú vida vale más de lo que crees.
Sonrío levemente, mi mano acaricia las sábanas que me cubren; vuelvo a estar en casa de los gemelos. Cheshire está tumbado en la almohada maullando sutilmente.
-¿Cómo lo hizo?
Matt se queda en silencio, desconcertado.
-Jack, ¿cómo me salvó?-aclaro-Por cierto… ¿dónde está?
No contesta. Noto la presión en sus hombros y empiezo a preocuparme.
-Está justo a tú lado.-dice en un susurro gélido. Mi mirada se posa en un sillón que hay junto a la ventana; Jack está sentado en el, con la cabeza hacia abajo y los ojos cerrados. Está dormido.-Quiso ser el primero en verte cuando despertaras; pero me temo que el cansancio ha podido con él.- respira hondo y me quiña un ojo- Tú no me has visto ¿vale? Dejemos que sea él el primero.-y con esas palabras sale del cuarto.
Cuando la habitación se llena de luminosidad, Jack empieza a moverse y lentamente abre sus ojos azules que parecen más brillantes que nunca. Gira un poco la cabeza hacia dónde me encuentro; su expresión cambia bruscamente a medida que se acerca más a mí.
-¿Karen?-pregunta con estupor- ¿Estás bien?
-Estoy bien-me aproximo y lo abrazo-Gracias. Dime ¿cómo lo hiciste?
Jack me suelta, suavemente y acaricia mi pelo.
-Te lo contaré luego, ahora descansa.
Le hago caso y decido dormir, estoy muy cansada a pesar de que he estado durmiendo días enteros. Cuando me vuelvo a despertar, es por la tarde así que decido levantarme y comer.
-Karen-es la voz de Claus-Has faltado dos días a mi entrenamiento.
-Yo también me alegro de verte, Claus-respondo en una sonrisa.
-¿Tienes hambre?-manifiesta, Scott delante del estropeado frigorífico.
Asiento.
-Nos has tenido muy preocupados, ¿sabes? Mi hermano Claus estaba de los nervios, y no era por tú entrenamiento-sirve un tazón con leche, luego añade los cereales de chocolate que tiñen la superficie blanca.-Ten- Acerca el recipiente y lo aferro con ansias.
-Lo siento. Al parecer siempre estoy causando problemas.-Mastico los cereales y en estos momentos me parece la cosa más maravillosa que he probado nunca.- ¿Estamos seguros en esta casa?
-Sí. Bloody-Eyes no dirá nada te lo aseguro.
-¿Qué sucedió?-insisto porque parece que nadie tiene la intención de contármelo.
Esta vez es Claus quién responde.
-Bloody-Eyes acompañó a Jack hasta aquí, se colocó delante de ti y de sus ojos manó una gran cantidad de sangre. Tu cuerpo congelado volvía, lentamente, a la normalidad. Después prometió no desvelar nuestra localización si nosotros no declarábamos que nos había ayudado.-se detiene- Y se fue. Lo que la convenció sólo lo sabe Jack.
-¿No os lo ha contado?
Sacude la cabeza negativamente.
-¿Dónde están los demás?-el silencio que se respira en la casa es abrumador para las seis personas que vivimos en ella.
-Marina ha salido para comprar. A Jack lo ha llamado su padre para que se quedara con Annie mientras que su abuela llegaba. Y Matt necesita tomar el aire, según él.
-Es el momento perfecto para entrenar, Claus.-sonrío
-De acuerdo.-dice emocionado- Ven, acompáñame.
Es el mismo método que la última vez, pero sigo sin conseguir congelar sólo el corazón, además he notado que mi habilidad se ha debilitado.
-Lo haré yo ahora.-propone Claus. Cierra la mano dejando al descubierto el dedo índice, y en el aire, empieza a moverlo rápidamente dibujando círculos hacia abajo formando, así, un pequeño tornado, lo golpea con la palma de la mano provocando que corazón de plástico salga disparado hacia el suelo.-Es fácil.
-Para ti.
-Probemos con algo más simple.-se va de la habitación y vuelve con una botella llena de agua.-Congela sólo el liquido, no la superficie.
-Está bien.-coloco la mano delante de la botella e intento congelar lo que se encuentra en su interior. Sola se congela la mitad del liquido.-Mierda. ¿Qué le pasa a mi habilidad?
-No lo sé, supongo que es porque aún tienes que descansar para que tu habilidad vuelva a adaptarse a ti. Pero has progresado.-intenta animarme pero es en vano.
La puerta del cuarto se abre, dejando ver un cabello rubio.
-Karen, ¿puedo hablar contigo un momento?-Jack me coge de la mano y me lleva al balcón que hay al final de la casa, sin dejar que responda.
-¿Qué pasa?
-Estaba aterrorizado, el primer sitio dónde pensé en encontrarla fue en su casa, pero allí no estaba.-me suelta la mano- Su madre me dijo que se encontraba en la biblioteca, fui a pesar de que mi instinto me decía que Scarlett no había dicho la verdad. Pero para mi sorpresa ella estaba ahí, sin ningún miembro de Hiedra Roja a su alrededor.
<<Atraje su atención para que saliera al exterior, ella intentó evitarme pero, al final, cedió a hablar conmigo:
-Lo siento, Jack. No puedo ayudarte.-objetó antes de que yo pudiera decir nada.
-Tienes que salvarla, es tú amiga.-intenté decir.
-Son mis órdenes. No puedo…
-Por favor.-no respondió- ¿Sabes lo que me dijo cuando te fuiste? Que se sentía responsable por no haber evitado que te unieras a ellos…Te dio una oportunidad Scarlett, confió en ti…y ¿tú la vas a dejar morir? No creo que la Scarlett que nos preparó una tarta por navidad, la que nos saludaba todas las mañanas con una sonrisa, la que se preocupaba por nosotros…sea la misma que dice que va a dejar morir a una persona que…-las lágrimas pudieron conmigo.- La necesito conmigo ¿sabes? Sin ella yo probablemente no soy nada y si ahora dejas que se vaya… nunca te lo perdonaré y Karen tampoco.
-Jack…-Scarlett empezó a mostrar sus verdaderos sentimientos, se posó sobre mi hombro y comenzó a sollozar-No quiero que muera, ha sido la única…
-…que ha confiado en ti.-terminé la frase. Advertí como asentía.
-Dime dónde está. Aún puedo salvarla.
-Eso es todo.-concluye Jack. No me ha mirado ni una sola vez mientras que narraba la historia y está muy serio. Algo va mal- Karen…Tengo algo importante que decirte.
Se me hace un nudo en la garganta.
-Me voy.-suelta.-Ya no volveremos a vernos, así que me despido de ti…para siempre.

Mi mundo se derrumba en un instante.